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Corfo, apoyando sueños

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Coco Legrand y su visión del emprendimiento

Coco Legrand está en el ADN de todos los chilenos gracias a su estilo de humor sociológico con el que por años ha desnudado la realidad de nuestra sociedad, sin tapujos.

Coco Legrand
Coco Legrand
Célebre fueron personajes como “el cuesco Cabrera”, “Oterito, el cuidador de autos” y “el lolo Palanca”, entre otros. Pero en esta entrevista realizada frente a 60 empresarios, Alejandro González Legrand, “el Coco”, se bajó de la moto, dejó afuera a todos esos personajes y se convirtió en la persona reflexiva y generosa que busca en cada ser humano respuestas a sus propias dudas y cuestionamientos.
¿Siempre supiste que serías empresario?
Mi padre decía que el que anda entre lobos aprende a aullar, y vaya que tuvo razón.
¿Formó alguna empresa?
Sí, mi padre fue fundador de Metalpar junto a mis hermanos Jaime, Fernando y Mario. También fundó los viñedos Torreón de Paredes, trabajo que hicieron mis hermanos menores Álvaro y Javier.
O sea en algo te afectó todo su ejemplo para emprender
Los seres humanos tenemos un grupo de neuronas conocidas como “espejos”, las que usamos para copiar gestos y actitudes del personaje que admiramos, como los primates. El haber visto a mis hermanos mayores y a mi padre construirse su casa, me motivó para armar mi propio teatro.
¿Y cómo haces para ser emprendedor, humorista, empresario teatral, todo al mismo tiempo?
Para manejar todo cuento con un grupo humano de profesionales que gustan de este trabajo y esto ha hecho que esta sala de espectáculo sea una de las salas más completa y mejor evaluada del mercado.

Busco mi destino

¿Te sientes un hombre especial?
Soy un tipo común y corriente. Mi diferencia tal vez está en que pongo atención a la vida y observo lo que me rodea.
Sin embargo tu decisión de qué hacer en la vida no fue fácil. ¿Es verdad que quisiste ser cura?
Sacerdote, marino y carabinero. Cuando uno es niño es soñador y quiere ser muchas cosas.
¿Pero por qué no elegiste alguna de esas profesiones?
No fui cura porque la fe no fue suficiente, y me di cuenta que la comunicación era lo que me gustaba. Sentí que tenía que poner atención en esta vitrina maravillosa que se llama corazón, donde están guardados las llamas de la pasión.
Finalmente entraste a estudiar diseño en la Universidad de Chile. ¿Sientes que hoy la educación superior enseña a emprender?
Lo importante es que los jóvenes que estudian en ella ocupen sus conocimientos, porque esa es la gran herramienta que entrega la universidad. Pero además debe estimular a los futuros profesionales a que emprendan.
¿Qué crees que está pasando?
A mi me llama la atención que una gran cantidad de profesionales egresados de la escuelas de negocios que solo aspiren a emplearse y no a emprender. Lamentablemente nadie nos prepara frente al éxito, ni en la casa, ni en el colegio, ni en la universidad.
¿Sería otro Chile?
De todas maneras, pero felizmente existen seres humanos creativos que transforman con su pasión una idea en realidad. Son pocos, pero se atreven, corren riesgos y aunque no logren sus metas, logran aprender, empiezan a ser ricos en experiencias. Siguen hasta lograr el éxito.

Presencia presente

¿Cómo debe ser un emprendedor?
Un verdadero tejedor de puentes, que hace todo paso a paso y que ocupa su tiempo en hacer lo que le apasiona.
¿Notas mucho descontento en los trabajadores?
No sólo descontento. Hay mucha gente que se fabrica sus propios infiernos, trabajando en lo que no les gusta, comiendo lo que les desagrada y acostándose con la pareja que no les atrae. Se transforman en seres dramáticos, quejumbrosos y negativos.
¿Cómo?
Es decir, llega el cuerpo de la persona al escritorio, pero la mente llega mucho más tarde, si es que llega. No hacen lo que yo llamo “presencia presente”, es decir, estar aquí y ahora, de cuerpo y mente.
¿Eso es el mensaje que dejas en el coaching que haces a empresas?
Trato de hacerle entender a los dueños que mientras más se interesan por la gente, más le van a entregar ellos con su trabajo. Las cosas que humanizan te acercan a la gente y en eso el humor ayuda.

Envase protector

¿Te animas a comentar algún problema que debes enfrentar como empresario?
Sí, claro. Uno de los problemas es el pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA)… ¡Debo pagar por un valor agregado de qué, si lo que vendo es tiempo, entretención! ¿Cómo recupero ese IVA?
Parece que cuesta ser artista y empresario en Chile…
Lo importante es que se puede. ¿Qué sacamos con lamentar lo que no se puede hacer? Mejor reafirmar lo que si se puede lograr.
Y lo que lograste fue tu propio teatro. ¿Qué te empujó hacia allá?
Para ser artista en este país uno debe sentirse un producto y éste siempre tiene un envase. Y mi teatro es mi envase, el que me protege. El estar trabajando permanentemente como artista me hacía conocer el lado interior de las empresas y pude comprender la necesidad de éstas por contar con espacios de alta calidad.
Todo un desafío. ¿Cómo lo enfrentaste?
Con decisión y con 6 maestros. Yo me preocupé de construir la arquitectura interior de mi teatro y los maestros la obra gruesa. Así nació Circus OK.
Alejandro vibra cuando habla de su teatro. Dice que recorre las instalaciones todos los días, para saber dónde está cada cable, cómo funciona cada artefacto y qué función cumple cada elemento. Nada queda al azar, pero más que por el ánimo de controlar, lo hace “por que me apasiona ser parte de la construcción de cada centímetro de esta empresa”.

A golpes y porrazos

¿Tenías experiencia anterior como empresario?
¡Antes de armar el Circus OK había fracasado varias veces! Primero instalé un restaurante que se llamaba “Canta y no llores”…
¿Y lloraste?
¡A mares! Perdí 250 mil dólares de esos años (1980) con ese local mexicano que quedaba en Isidora Goyenechea. Desgraciadamente me metí con dos socios que no sumaron, más bien restaron.
¿Y luego?
Tuve un negocio de pastas y el tema tampoco resultó. Luego tuve un taller mecánico, pero nada… tuve una de las primeras agencias de Polla Gol en un sector alejado de Santiago…
¡Tampoco funcionó!
No, esa si resultó, pero ocurrió que no me apasionaba. No era eso lo que alimentaba mi fuego interno. Así que decidí pensar en qué hacer para trabajar feliz y satisfecho, y de esa forma ganarme la vida.

Loco cuerdo

Tras tanto fracaso lo único que querías era tener tu teatro… ¿estabas muy ansioso?
No. Me preocupé de no volverme loco por hacer las cosas de un día para otro. Uno no debe cocerse al primer hervor. Uno nace con 3 kilos y con el tiempo va cultivando los 90 kilos.
¿Y qué metas te fijaste?
En que hay que tener un crecimiento lógico y armónico. El que emprende debe partir entendiendo que el empresario es el que primero saca las cuentas y luego hace las cosas, en cambio el emprendedor hace las cosas y después saca sus cuentas. Es un obstinado, un apasionado, un loco cuerdo.
Y tú eres así…
Ya te dije, soy un tipo común y corriente al que le gusta ser reconocido, acariciado, tratado de manera grata. ¿A quién lo le va a gustar eso? A mi me encanta.
¿Eres el mismo sobre el escenario que en tu oficina?
Yo no tengo oficina. Mi espacio es el escenario… ¿Para qué quiero oficina? No, a mi me gusta estar en todos lados. Es una pequeña empresa y así la puedo disfrutar completa.
¿No piensas crecer?
Yo no quiero crecer para tener dos o más teatros, sino crecer en la calidad del servicio. Uno, pero bueno-bueno.

Crisis versus cambio

¿Tienen sentido del humor los empresarios chilenos?
Lo primero es aclarar que ser chistoso no es lo mismo que tener sentido del humor. Mientras el chistoso arranca una risa, el segundo se une en un estado distendido con otros. Hay muchas empresas que cuentan con personal con harto sentido del humor y que logran una comunicación más humana y un estado más armónico.
Pero la mayoría está muy lejos de reírse con estos problemas reales de desempleo y pocas ventas…
Obvio, emprender no es chiste. Pero tampoco podemos dejarnos llevar por el pánico colectivo. Hay que ser más optimista.
¿Debemos asustarnos la crisis actual?
Uno no debe inquietarse ante la crisis. La raíz de esa palabra es “mutación”, “cambio”, es decir, una oportunidad de hacer las cosas de una manera distinta. Eso para mí es crisis, no le doy la connotación crítica que muchos le dan.
¿Ves el vaso medio lleno?
Yo prefiero hablar de aprovechar las oportunidades. Cuando todos lloran no faltan los que venden pañuelos… ¿me explico?
¿Esa es tu filosofía de empresa?
Sí. Pienso que vamos a heredar la tierra aquellos que estemos dispuestos a enfrentar cambios. Y yo estoy dispuesto y motivado a estar constantemente cambiando.
Los aplausos del grupo de empresarios que lo vino a escuchar se multiplican y ensordecen. Él agradece el premio y se reclina ante el respetable, para luego mezclarse como uno más del grupo.
Entre las mesas, el vino y los quesos que acompañan la velada, él conversa con todos y regala seis ejemplares autografiados de un libro escrito de su autoría. Se saca dos, diez

Fuente Diario MiPyme